Las Preocupaciones de Tilea (Tilea no Nayamigoto Isekai Jashin Tensei Kitan) es una obra de Rina Shito y mi única participación es la traducción no oficial de la misma al español.
Capítulo 27: La habilidad de un artesano
realmente resplandece.
Hu, hu, hu. Hoy por fin use mis manos
sobre mi anhelado deseo: un vestido negro con un delantal blanco con volantes.
Así es, un vestido de sirvienta. Este ortodoxo diseño me recuerda a los de los
cafés en Akihabara. El diseño es perfecto.
Ahora bien, ¿de qué calidad será la tela?
Tomé el vestido para verlo de cerca.
¡OH! ¡Se siente como seda! Realmente
usaron un material de alta calidad para elaborarlo. Realmente valió la pena pedirle
lo imposible al perdedor (Bizef).
Desde el incidente de los dokyun, el perdedor (Bizef) realmente parece
avergonzado a mi alrededor.
¡Por su puesto! De todas las cosas, que
El Capitán de la Guardia se desmaye y dejara que dos civiles como nosotras
pelearan, ¡debería haber un limite para la negligencia!
Al principio, el perdedor (Bizef)
insistió, como excusa, en que se desmayó porque se trataba de demonios; sin
embargo, cuando le contamos que entre Timu y yo derrotamos a los dokyun se quedó en silencio.
Todos se burlaron de él. Si el perdedor
(Bizef) estaba diciendo la verdad, entonces eso significaría que Timu y yo
habíamos derrotado a dichos demonios. Rayos, cuando las excusas llegan a tal
nivel de ridiculez incluso se tornan divertidas.
Bueno, y como era de esperar, el perdedor
(Bizef) se encontró en una situación extraña porque me dijo «A modo de
disculpa, haré lo que me pidas», por lo que lo convencí de conseguirme el
atuendo. Después de todo, el perdedor (Bizef) es un fanático de las armas, por
lo que no sólo debe conocer tiendas de armas, si no también de ropa. Y así le
pedí la ropa hecha a medida y sin limite de presupuesto.
Aunque yo sólo le dije que lo intentara,
¿saben? Por lo que realmente me sorprendió cuando el traje de sirvienta resultó
ser como lo había imaginado.
Ahora bien, hora de probárselo.
Además pedí dos juegos, uno para mi y
otro para Timu. Y no pude evitar apurarla para que se lo pusiera.
—Ti-mu, ¿podrías hacerme un favor?
—Por supuesto, Onee-sama. Por favor, ordena lo que desees.
[Destellos]
Así obtuve la promesa de Timu. Así que
aunque se negara después, no la dejaría escapar.
—De acuerdo… Entonces, ¿podrías probarte
esto por un momento?
—Como ordenes —Timu tomó el traje de
sirvienta que le di y observó el diseño—. El estilo es algo extraño.
—Bueno… Es un diseño japonés después de
todo.
—¿En serio? Realmente parece que es
complicado moverse con él. ¿Cuál es el propósito de…? ¡Momento! —Timu dio un
paso atrás—. ¿¡O-onee… sama…?!
Tu-tus ojos… me están… asustando.
—Está bien, está bien. No lo piense
mucho. ¿Okay?
Aparentemente Timu estaba desconcertada
por mi entusiasmo. Hmm, no quiero forzarla, pero quiero que me comprenda. Le di
un pequeño empujón instándola a cambiarse.
Así, unos minutos después, Timu estaba
lista.
Obviamente yo también.
—O… O-oness-sama. Esto es un tanto
embarazoso.
—¡Oh mi Dios!
¡Tan linda! Timu ya es realmente
adorable, pero tras ponerse el atuendo de sirvienta su lindura se incremente
por miles. No pude contenerme más y la abracé fuertemente.
—Huhu. Timu, realmente te sienta bien.
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