Las Preocupaciones de Tilea (Tilea no Nayamigoto Isekai Jashin Tensei Kitan) es una obra de Rina Shito y mi única participación es la traducción no oficial de la misma al español.
Capítulo 23: ¡Sientan el poder de los Nunchaku
Asesinos!
Mi batalla para detener a los dokyun comenzó. Ellos eran tres, por lo que tenía
que vencer a uno de ellos antes de quedar rodeada. Pero con el alcance de la
espada del Dokyun-Dragón y la magia de la Dokyun de Fuego, era peligroso
acercarme descuidadamente.
¿Cómo debía moverme?
Pero mientras pensaba, los dokyun se acercaban más y más.
—¡Voy a ayudarla, Onee-sama! —Timu, quien se escondía entre los
matorrales, atacó con sus proyectiles mágicos.
Las zumbantes balas volaron por el aire y
mantuvieron a los dokyun
a raya.
—Maldita sea, es Camila —farfulló el
Dokyun-Dragón—. Se estaba escondiendo en la retaguardia.
—Es extraño, no pude sentir su mana
—declaró la Dokyun de Fuego.
Frente a la torrencial lluvia de balas de
Timu, los dokyun se
pusieron a la defensiva. Y aun que sólo fuera magia de nivel elemental, con la
inmensa cantidad de balas cayendo sobre ellos, los dokyun no pudieron moverse.
Era mi oportunidad.
Mientras Timu los detenía con su ataque
mágico, me acerqué al Dokyun-Dragón y blandí mi nunchaku contra su brazo.
—¡¡GYAAHHHH!! ¡¡MI BRAZOOOO!!
Mi ataque dio un golpe limpio contra el
brazo del dragonoide, quien calló al suelo gritando y retorciéndose.
Ora, Ora. ¡Estas siendo demasiado
melodramático! Aunque el perdedor (Bizef) encantó mi nunchaku, tu eres un
dragonoide, ¿no es así? Dijo, tus escamas son bastante duras, ¿qué no? Aunque
ahora que me fijo, ¿no estas algo pálido?
¿No será que, aunque es un dokyun, estará sufriendo por deficiencia de
calcio y es de constitución frágil?
¡WOH!
¡Momento! ¡¿Qué acaso no está el brazo
del Dokyun-Dragón torcido en la dirección incorrecta?! ¡Rayos con ese perdedor
(Bizef)! Tiene corazón de pollo, pero parece que su magia de refuerzo realmente
tiene buen nivel.
Viendo mis nunchaku nuevamente, puedo
notar que está completamente cubiertos por una pálida aura mágica, y la misma
funcionó contra las escamas del dragonoide.
Gracias al cielo.
Si el pervertido (Neilsen) hubiese hecho
alguna otra tontería, ya tenía previsto corregirlo con un golpe de estos. Y que
suerte que no lo hice o lo habría matado.
Desde donde estaba alcanzaba a ver el
hueso expuesto en el brazo roto del Dokyun-Dragón, una fractura compuesta.
¡Diablos! Eso realmente debe doler.
El Dokyun-Dragón estaba en el suelo
sudando frío con una expresión de angustia en el rostro. Estaba tan mal que
seguramente necesitaría anestésicos.
¿A-acaso se me pasó la mano?
Esto podría ser exceso de auto-defensa.
No importa desde donde lo veas, eso va a tardar más de tres meses en curarse.
Por ahora, hay que intentar detener la
pelea en este punto. Aun si son dokyun, no tengo la menor intención de convertirme en criminal.
Así que, mientras juren jamás poner sus manos sobre Timu, todo estará bien.
—¡Aah! ¡Desgraciada! ¡No te perdonare!
¡Jamás voy a perdonarte! ¡¡TÚÚÚÚ!! —el Dokyun-Dragón volteó a verme con odio
antes de arrancarse el brazo de entre todas las cosas.
¡¿EH?! ¿Por qué diablos se arrancó el
brazo? ¡Eso no es algo que se pueda arreglar con ir al hospital!
¡¿Pero que diablos estaba pen…?!
Al Dokyun-Dragón le faltaba todo el brazo
desde el codo y, mientras observaba estupefacta, este comenzó a temblar. Y
entoneces…
—¡¡Uoohh!! ¡¡DAAHHH!!
¡AH!
Le volvió a crecer el brazo.
¡¿Acaso eres un Gran Rey Demonio o algo
así?![1]
Aah. Bueno, eso ciertamente es más rápido
que ir a un hospital. ¿O será que es alguna clase de prueba de hombría de los
dragonoides?
De cualquier forma, dejarme atónita es lo
que quieren. No debo dejarme perturbar. Tengo que demostrar una actitud ruda.
—Hm. Me sorprende, así que puedes
regenerar tus miembros. Pero parece que no eres capas de recuperar tu mana.
—Así que te diste cuenta, Dios Maligno
—declaró la Dokyun de Fuego—. Tal como dices, el mana de Seiryuu ha disminuido
considerablemente.
¡Lo sabía! Claro, no había forma de que
una habilidad tan extraordinaria no requiriera mana. Acepto que estaba
adivinando, pero me pregunto si logré sonar como alguien poderoso.
—¡¿Qué diablos fue eso, Suzaku?! —reclamó
el Dokyun-Dragón—. ¡Me rompió el brazo! ¡No hay forma de que eso fueran sólo
cinco mil de mana!
—En este momento —la Dokyun de Fuego
tragó saliva—, su poder se elevó a doscientos mil.
—¡¿Qué?! ¡¿Acaso estás insinuando que
pasó de trescientos a doscientos mil en un instante?!
—No sólo eso. Aun está incrementándose.
Parece ser que el Dios Maligno suele suprimir su mana.
—Así que Hidler no estaba mintiendo
cuando dijo que estaba a la par del Rey Demonio, ¿eh?
Parece ser que los dokyun han perdido la compostura. Su actitud
relajada se tensó y no han dejado de decir que estoy a la par del Rey Demonio
mientras me observan con cautela.
¿La par del Rey Demonio? Es increíble que
estén tan preocupados por mi, pero…
Que más da, ya me confundieron con
alguien fuerte, según lo planeado. Este es el momento perfecto para hacer que
se rindan.
—Ustedes, si están pensando en rendirse,
este es el momento.
—¡CAALLATTEE! ¡Vamos a hacerte girones!
—bramó el Dokyun-Dragón. Era obvio que aun estaba dispuesto a pelear, pues
estaban listos para saltar sobre mi en cualquier momento.
—¡Seiryuu, cálmate! —la Dokyun-Tigre
contuvo a su amigo—. Camila también está ala espera, no te precipites a atacar
por tu cuenta.
—Kuh… De-de acuerdo.
—¿Y entonces? ¿Qué hacemos? ¿Incinero a
Camila primero? —preguntó la Dokyun de Fuego.
—Nah, ellas trabajaran juntas para
detenernos —mascullo el Dokyun-Dragón.
—¿Entonces qué? —volvió a preguntar.
—Usaremos nuestro As bajo la manga: “El
Ataque del Triángulo del Infierno (el máximo hechizo de supresión mágica)”.
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