Las Preocupaciones de Tilea (Tilea no Nayamigoto Isekai Jashin Tensei Kitan) es una obra de Rina Shito y mi única participación es la traducción no oficial de la misma al español.
Capítulo 21: Mis compañeros son un pervertido y
un perdedor. ¿Qué voy a hacer?
¡Los Tres Malignos atacan!
Belnandes, un amigo del pervertido
(Neilsen), llegó repentinamente con un reporte de emergencia. Por otro lado,
este tipo me da la misma impresión que el pervertido (Neilsen). Las aves de la
misma especie vuelan juntas, ¿no es así?
—Buen trabajo, Bel. Y entonces, ¿cuánto
tardaran en llegar esos dokyun?
—Mi señora, Creo que arribaran a la
planicie de Beruga en pocas horas.
—Entiendo. Timu, tu espera aquí, ¿de
acuerdo? Neil y yo emboscaremos a los dokyun.
—Por favor, Onee-sama. Aun si mi poder es insuficiente, yo
también iré a la línea del frente.
—¡No, Timu! ¡Es peligroso acercarse a los
dokyun!
—Comprendo el peligro. Sin embargo,
quiero ayudar, aunque sea un poco, a Onee-sama.
¡Qué cosa tan linda has dicho, Timu! ¡Vas
a conmover mi corazón!
Pero, realmente es peligroso. No importa
que tan hábil sea con la magia, ella es aun una niña de catorce años. Y si los dokyun llegan a divisar a una belleza como
ella, no dudo que intentarían irse sobre ella. Estoy segura.
Aunque, pensando en ello, yo también
podría ser considerada una belleza. Así que es probable que también quieran ir
tras de mi. Pero estoy preparada y voy a darle un giro al tablero. El plan está
listo y es peligroso. Tengo que mantener a Timu escondida en la casa.
—Timu, me conmueven tus sentimientos y se
cuan fuerte eres también. Pero, ¿sabes? Esto puede sonar duro, pero los dokyun son demasiado para ti.
—Entiendo su preocupación, Tilea-sama. Y
realmente comprendemos el peligro —mientras advertía a Timu, el pervertido
(Neilsen) intervino—; sin embargo, creo que por ello es aun más necesario
contar con la ayuda de Camila-sama.
Mn-mn. Ciertamente el pervertido
(Neilsen) tiene un buen punto. Tanto él como yo somos peleadores cuerpo a
cuerpo, por lo que sería bueno contar con el apoyo de alguien en la
retaguardia. Tal vez sería bueno contar con la ayuda de Timu y su magia de
largo alcance, después de todo.
Pero si el pervertido (Neilsen) y yo
somos derrotados, al final, Timu tendría que enfrentar a los dokyun sola, ¿cierto?
…
De acuerdo, supongo que esta es la mejor
línea de acción. ¡Está decidido!
Ya sea que combata a los dokyun o que huya de ellos, la diferencia de
contar con soporte desde la retaguardia es enorme. Timu es veloz, y si llegamos
a ello, puedo pedirle que escape. Y en caso de que traten de ir por ella
primero, estoy lista para dar mi vida para detenerlos. A fin de cuentas estoy
haciendo que Timu los ataque con su magia elemental. Pero… Me pregunto como
resultará eso.
Ya he sentido el poder de las balas de
Timu antes. Lastiman un poco y creo que podrían surtir efecto en los dokyun, pero…
Ahora que recuerdo, el pervertido
(Neilsen) pare conocer a los dokyun,
valdría la pena preguntarle.
—Neil, ¿crees que la magia de Timu surta
efecto en los dokyun?
—Camila-sama es capaz de invocar la magia
más poderosa de los tiempos ancestrales. Si el enemigo fuera simplemente un
poderoso guerrero, no habría el menor problema. Sin embargo, el enemigo en esta
ocasión son Los Hijos de la Destrucción Enviados por los Cielos, Los Tres
Malignos. Me disculpo, pero soy in capaz de emitir un juicio.
—Onee-sama, por favor no se preocupe. Mi poder se
ha incrementado desde aquella vez. Y jamás haría algo tan tonto como ser una
carga para Onee-sama
—Timu apeló con bravura.
Cierto, si nosotras, hermanas, combinamos
fuerzas, es posible que logremos simplificar la tarea. Timu, préstame tu fuerza.
—Gracias, Timu. Estoy reticente, pero
dejaré que nos ayudes, ¿de acuerdo? —le dije—. Pero si la situación se torna
demasiado peligrosa, quiero que huyas.
—¡Jamás podría hacer algo como traicionar
a Onee-sama y huir!
—Es una orden. Si ves que la situación se
sale de control, huye inmediatamente. No hay nadie más importante que tú,
después de todo.
—O-onee-sama. E-esas palabras son
demasiado para mi. P-pensar que piensa tanto en mi… E-estoy… Estoy realmente
conmovida. —los ojos de Timu se anegaron de lagrimas y temblaba de la emoción.
Diablos, Timu. Algo así es obvio, ¿no es
cierto? Soy tu hermana mayor, después de todo.
—Neil, si las circunstancias lo ameritan,
toma a Timu y escapen. Después de eso ya me las arreglaré para resolver la
situación.
—Mi Señora, yo…
—¡¿Qué no eres el leal sirviente de
Timu?! Sigue mis ordenes. ¿O es que no confías en mi?
—Jamás pensaría así.
—Entonces te lo encargo, ¿de acuerdo?
—Como ordene, Mi Señora. Y aunque tengo
algunas quejas… Deje a Camila-sama en mis manos. Daré mi vida por ella de ser
necesario. Puede liberar todo su poder sin miramientos, Tilea-sama.
—Déjamelo a mi. Ya tengo un plan, después
de todo.
Llegados a eso, les compraré tiempo y
ejaré que el pervertido (Neilsen) se lleve a Timu. Así, podrán llamar al resto
del pueblo. La gente de aquí es usualmente amable, pero llegado el momento,
muchos de ellos pueden ser buenos en combate. Y también los hay dentro de la
guardia pretoriana de Timu. En realidad tenemos bastante fuerza numérica.
Hu, hu. ¡Simplemente los superaremos en
número y les daremos una paliza! Condenados dokyn, ¡no les dejaré llamarlo
cobardía!
Bueno, ese será mi último recurso.
Después de todo, lincharlos entre muchos nos haría los chicos malos.
Primero les mostraré nuestro poder y
hablaré con ellos.
Técnicamente lo primero que intentaremos
es hablar con ellos y, de llegar
con demasiada gente, sólo los alentaríamos. Por ello tendré al resto de
la guardia pretoriana a la espera cerca del restaurante.
—Neil, dile a la guardia que esperen
cerca del restaurante.
—Entiendo. Tener gente con potencial de
pelea poco desarrollado podría en peligro a las tropas, una mala idea.
Concuerdo con su plan de ir sólo con unos cuantos miembros de elite,
Tilea-sama.
Mn, ese no es exactamente lo que pasa. Él
sólo estas para acrecentar nuestro número. Aun que, no tengo intenciones de
desmotivarlo con la verdad.
—Bueno, hay un lugar al que tengo que ir
antes, así que me retiro. Mientras tanto, ustedes diríjanse a la planicie de
Beruga y hagan los preparativos.
—¡Entendido!
—¡Como ordene, Mi Señora!
Perfecto, hora de poner en marcha el plan
número dos.
Me dirigí a la estación de la guardia
para llamar al perdedor (Bizef). Hoy debería estar en servicio, por lo que él…
Apenas llegué a la estación comencé a
buscarlo.
—Discuuulllpa. ¿Y Bizef-san?
—¡Tilea-chan, hola! ¿Sucede algo?
—Bizef-san, es por lo que hablamos el
otro día. Los delincuentes ya llegaron. ¿Podrías venir y ayudarnos?
—Claro, déjamelo a mi. Sólo dime ¿donde
están?
Al escuchar mi solicitud, el perdedor
(Bizef) hizo crujir sus nudillos. Parece que está emocionado por darle una
paliza a los delincuentes. Esbueno ver que está entusiasmado, ¿pero enserio
planear ir sólo con su ropa? Lo van a aplastar.
—¡Un momento! Bizef-san, vayamos primero
por el equipo que me mostró la última vez.
—¿Eh? ¡Ah! Claro. Aun que realmente dudo
que una armadura sea necesario. ¿No sería mejor ir sin ella?
—Bizef-san, prometió prestarme una
armadura, ¿no es así?
—De-de acuerdo. Entiendo. Supongo que no
se puede evitar. Sígueme.
El perdedor (Bizef) no parecía feliz de
prestarme una armadura. Mientras me llevaba a su almacén, murmuró varios
reproches.
Quizá era su orgullo por lo que no quería
usar una armadura para lidiar con unos simples delincuentes. Aunque lo que en
realidad menos quería era que uno de sus artículos raros se fuera a ensuciar
por usarlo.
Ahora que lo pienso, todas las cosas en
el almacén del perdedor (Bizef) estaban resplandecientes. Por eso no soporto a
los coleccionistas. Si te vas a poner así, ¡compra tres: para preservar, para
usar y para prestar!
Aunque… Supongo que tratándose de
rarezas, realmente sería difícil comprar tres.
Cuando llegamos a la casa del perdedor
(Bizef), inmediatamente me hice con la cota de malla y las muñequeras.
Vaya, me siento como toda una aventurera
en este momento.
Di algunas patadas y puñetazos al aire
como prueba.
¡Ha, ha, El Dios Maligno Dark Matter ha
regresado!
Sintiéndome como mi anterior yo, comencé
a dar vueltas por todos lados.
—Tilea-chan, Tilea-chan. Tranquilízate.
Podrías dañar algo. ¡Aaahh! ¡Ya raspaste las muñequeras contra la pared!
¡¡Alto, ALTO!! —la expresión del rostro del perdedor (Bizef) estaba alterada
cuando me detuvo.
Okay, okay, okay. Entiendo como te
sientes, pero estas son rarezas, ¿qué no? Si se dañaran con lo que estoy haciendo,
serían falsas, ¿te das cuenta? O para empezar, ¿acaso me estas diciendo que no
me mueva en absoluto? ¡Ni loca! ¡Voy a jugar todo lo que quiera! ¡Voy a perder
el control!
—Bizef-san, si me pongo a pensar tanto en
el equipo, no voy a poder hacer nada.
—Exacto. Entonces, ¿por qué no te quitas
la armadura de una vez? Vamos, vamos, yo te ayudo a quitártela —con esas
palabras el perdedor (Bizef) intentó desvestirme y sus manos se acercaron a mi
busto.
¡Hey! ¿Acaso pretendes tocar mis pechos?
—Si no te detienes, me voy a enojar,
¿sabes? —le espeté ya molesta.
—Eh… Ah… Yo, yo sólo bromeaba,
Tilea-chan. Ya, bueno, ¿nos vamos?
Honestamente, este maldito perdedor
(Bizef), cuando de armas se trata, toda su actitud cambia. Estuvo apunto de
cometer acoso sexual conmigo.
Una vez recompuesta, me dirigí a la
planicie de Beruga con el perdedor (Bizef).
Me pregunto si el pervertido (Neilsen) y
Timu ya estarán ahí.
Una vez llegamos a la planicie, traté de
divisarlos.
¡Oh! Ahí está el pervertido (Neilsen).
El pervertido (Neilsen) estaba parado en
medio del campo, con una actitud descaradamente genial. Pero a pesar de que
sería el retrato perfecto del dandinismo, si pudiera conservar la boca cerrada…
—Neil, llegaste. ¿Dónde está Timu?
—Pero si es Tilea-sama —me dio la
bienvenida—. Camila-sama ya ha tomado su puesto y aguarda entre los matorrales
cercanos.
—Justo como se planeó.
—Así es. Ya sólo falta que lleguen.
Perfecto, la línea frontal y la
retaguardia ya están cubiertas. Si esto se convierte en una pelea contra los dokyun, le indicaré a Timu que deje caer una
lluvia de balas sobre ellos.
—Si recuerdo correctamente, ¿no es este
el nuevo trabajador en el restaurante, Tilea-chan? —me preguntó el perdedor
(Bizef)—. Mucho gusto. Yo soy Bizef, capitán de la guardia del pueblo —y con
esas palabras comenzó a platicar con el pervertido (Neilsen).
Cierto, hablando de eso, esta es la
primera vez que se ven, ¿no es así? Quizá debería ser yo quien haga las
presentaciones.
—Bizef…
—Humano, ¿Quién te dio permiso de
hablarme tan casualmente? Y lo que es más, ¿cómo te atreves a dirigirte a
Tilea-sama con semejante tono? Debería haber un limite para tu falta de
respeto. Antes de comenzar la batalla, ¡debería ofrecerte como sacrificio al
Dios de la Guarra!
—¡Pe-pero que diablos! ¡Pero si eres tú
quien de la nada se ha puesto a faltarme el respeto!
Y así, una pelea no planeada comenzó. El
perdedor (Bizef) y el pervertido (Neilsen) estaban por explotar. ¿Qué pasa con
estos dos para que de la nada dividan nuestras fuerzas? Si de por si nuestro
potencial de batalla ya era dudoso…
Honestamente, ¿por qué el pervertido
(Neilsen) se habrá puesto así…?
Momento, un momento. Cierto. El
pervertido (Neilsen) es un caso de chuunibyo que no repara en momento o lugar o
persona. Como su actitud había mejorado, lo olvidé. Pero el pervertido
(Neilsen) era un caso tan grave que me atacó sin más cuando nos conocimos.
Aunque, dejando eso de lado, mejor detengo esta discusión de una vez.
—¡Ustedes dos, deténganse! ¡Dejen de
pelear!
—Tilea-sama, ¿por qué protege a esta basura?
Bueno, es verdad que este tipo es un
perdedor, pero no hay que exagerar y rebajarlo a basura.
—¡Basura! ¡Incluso si me veo así, aun soy
El Capitán de la Guardia de este pueblo! ¡Y en mi época de aventurero incluso
obtuve rango de caballería! ¡¿Acaso quieres que te ponga en prisión por faltar
el respeto a una autoridad?!
Ah… Ahora el perdedor (Bizef) también
está encabritado.
—Bizef-san. Realmente sería problemático
si encierras a un miembro de nuestro personal. Yo misma me disculpo en su
nombre, ¿así que podrías perdonarlo, por favor?
—Tsk. Supongo que también fui inmaduro.
Tú, esta vez lo dejaré pasar por Tilea-chan. ¡Pero piensa dos veces lo que vas
a decir la próxima vez!
—Huh. Sería un deshonor para mi, como
Capitán de la Guardia Personal de Camila-sama, si permito que semejante basura
haga de mi un tonto. ¿Tilea-sama, me permitiría limpiar el lugar?
—¡¿Y sigues, bastardo?! —indignado, el
perdedor (Bizef) se abalanzó sobre el pervertido (Neilsen).
—¡BBAASSSTTTTAAAA!! ¡Neil, detente!
¡Bizef-san, espere un momento! —Los detuve antes de que comenzaran a pelear y
me llevé al pervertido (Neilsen) a parte.
—Neil, ven aquí.
—Mi Señora.
—No voy a preguntar la razón para que
dijeras todo eso. Conozco perfectamente tu forma de ser, después de todo. Pero,
¿sabes? Va a ser molesto si interfieres con mi estratagema. —El plan número dos
para aprovechar la autoridad del perdedor (Bizef) quedaría arruinado.
—De-de todas las cosas… Obstruir su plan…
Mi-mi más profunda disculpa. Nunca consideré que semejante basura pudiera estar
relacionada con sus planes de batalla.
—Esta bien mientras entiendas. Pero ten
más cuidado la próxima vez. ¿comprendes?
—¡Por su puesto, Mi Señora! No cometeré
el mismo error dos veces. Sin embargo, si me permite, podría explicarme los
detalles de su estrategia para así no volver a cometer el error de obstruirla?
—Bueno, en realidad es más un
experimento. Simplemente quiero ver si la fuerza del Capitán de la Guardia
afecta en algo a los dokyun.
—Ya veo. Así que quiere medir el
potencial de combate humano. Como se esperaría de Tilea-sama. Pensar que ya ha
comenzado a prepararse para la guerra contra los humanos.
Ha. Tan chuunisco como siempre. Realmente comienza a ser
cansado esto de traducir. Por ahora, estoy conforme con el que no interfiera
con mi plan. Así que una respuesta estándar será suficiente.
—Básicamente.
—Sin embargo, me pregunto si esa basura
será de alguna utilidad. Por lo que puedo ver, él no paree lo bastante fuerte
como para plantar cara a Los Tres Malignos.
Uy. El pervertido (Neilsen) golpea donde
duele. Es verdad, cuando se trata del perdedor (Bizef), hay una alta
probabilidad de que los dokyun
lo espantes.
—Neil, sospecho lo mismo. Pero lo hago
sólo para ver si acaso funciona. —Me encogí de hombros con un suspiro amargo.
—Así que es eso. Acataré su voluntad,
Tilea-sama.
—Tilea-chan, ¿terminaron de hablar?
Que sincronía. Justo cuando termino de
hablar con el pervertido (Neilsen), el perdedor (Bizef) viene a hablar conmigo.
—¡Oye, basura! ¡Más vale que seas de
utilidad para Tilea-sama, como la basura que eres, antes de que mueras!
—¡¿QUÉ?!
Hahh, este pervertido (Neilsen) no
entiende. Iniciando otra pelea nuevamente. Realmente no entendió nada de lo que
le dije. ¿Qué se le va a hacer? Supongo que tendré que persuadir al perdedor
(Bizef) en su lugar.
—Bizef-san, Bizef-san. ¿Me da un momento,
por favor? —esta vez llamé al perdedor (Bizef) aparte.
—¡Ese hijo de…! Me contuve porque estas
presente, Tilea-chan, ¡pero ya no lo soporto!
—Bizef-san, lo diré las veces que sea
necesario, ¿Podría perdonarlo?
—¿Sabes, Tilea-chan…?
—Por favor, escúcheme primero. Ese hombre
es una decepción total. Ciertamente decepcionante… Como adulto, por favor,
lidié con el con la magnanimidad de su cargo.
Y así le explico al perdedor (Bizef) lo
decepcionante y lo nini-chuuny
que es el pervertido (Neilsen); y de cómo, a pesar de no tener talento alguno,
él morderá a quien sea cual perro rabioso.
—A-alguien así… ¿En realidad existe?
—Así es. Y a pesar de tener sesenta años,
él jamás ha trabajado un día de su vida. Usted podrá entender la dificultad y
dolor de lidiar con alguien así, ¿verdad?
Parece que el perdedor (Bizef) estaba
azorado. Era obvio, pero ante mis ojos, él no se quedaba atrás.
—E-entiendo. Ciertamente es imposible que
alguien así sepa el como comportarse como adulto —aceptó el perdedor (Bixef)—.
Tu también tienes tus problemas, ¿no?, Tilea-chan.
Parece que de alguna forma logré hacerlo
entender. Honestamente, ya estoy exhausta y ni siquiera han aparecido los dokyun. Es por cosas así que el chuunibyo es un problema sin fin.
—¿Ha concluido su conversación,
Tilea-sama? —preguntó el pervertido (Neilsen).
—Así es, ya llegamos a un consenso.
—Correcto. Ahora, si permite mi
atrevimiento, hay algo que me gustaría preguntarle, Tilea-sama.
—¿Eh? ¿Qué cosa?
—Mi señora. ¿Por qué está vistiendo tan
indigno equipo? ¿Es parte de su estrategia también?
—¡¿QUÉ?! ¡Ahora si has dicho algo que
puedo dejar pasar!
No puede ser. El pervertido (Neilsen)
ahora si ha pisado una mina con un tema que toca las fibras más sensibles del
perdedor (Bizef). Y parece que su ira está apunto de explotar nuevamente a
cause de que alguien ha dicho algo malo acerca de su colección.
—La basura no tiene derecho a interrumpir
mi conversación con Tilea-sama.
—Hmm. No hay nada peor que la ignorancia.
Yo soy aun ex aventurero, ¿por si no sabías? Es más, de hecho estoy entre los
diez más jóvenes de la historia en obtener un titulo de caballería. ¿Lo
entiendes? ¿No es cierto? ¿Cierto? Después de todo, escuché de Tilea-chan que
eres un inepto incurable. Sin embargo, si se te suben los humos no dudaré en
darte una lección.
—Basura, más vale que guardes silencio de
una vez —ordenó el pervertido (Neilsen) intentando ignorar al perdedor
(Bizef)—. Tilea-sama, ¿podría permitirme el conocer los detalles de su estrategia?
—Tú realmente no entiendes el valor de
las cosas, ¿no es así? Te daré una lección. El equipo que trae Tilea-chan
puesto en este momento son rarezas que no podrías adquirir ni con varios
cientos de monedas de oro. ¿Lo entiendes?
Es obvio que el perdedor (Bizef)
realmente no puede soportar que la gente desprestigie su colección. Simplemente
no ha dejado de debatirle insistentemente al pervertido (Neilsen). Aun que a su
vez el pervertido (Neilsen) lo está ignorando olímpicamente. A este ritmo no
van a tardar en comenzar otra pelea.
—Neil… Deja de ignorarlo, por favor.
—Como ordene, Mi Señora —el pervertido
(Neilsen) volteó entonces a encarar al perdedor (Bizef).
Parece que el pervertido (Neilsen)
realmente está dispuesto a escucharme. Ojalá el perdedor (Bizef) aprendiera de
su obediencia.
—Basura, ¿de que “rareza” estas hablando?
Esa chatarra de tercera no sería digna de ser portada ni por los soldados de
menor rango en nuestra unidad.
—Ahora sí está por cruzar la raya… Bien.
Según tú, ¿cuál sería una “rareza”?
—“La Lanza de Rogo Logi”, “La Espada
Demoniaca Exzaibur” y “El Escudo de Raigius” son buenos ejemplos. Todas
esplendidas armas que sólo he visto una vez en las arcas de La Capital
Demoniaca.
—Pfft. Ha. ¡HA, HA, HA! Realmente me
estaba preguntando que ibas a contestar, pero que salieras con tales
ridiculeces… ¿Qué acaso no todas son armas legendarias de la mitología? Eso de
listar nada salvo cosas cuya existencia no esta confirmada… ¡Realmente pasa
algo contigo!
Para, para perdedor (Bizef). Si bien tienes
razón, pero estas siendo demasiado directo. Tienes que ser más sutil al
respecto. Esto es ir demasiado lejos. Incluso si aparenta rudeza, hay temas en
los que el pervertido (Neilsen) es realmente demuestra su seriedad como
persona. Él le estuvo haciendo compañía a Timu mientras jugabas después de
todo.
—Bizef-san, eso es demasiado —declaro con
fría seriedad—. Por favor evite burlarse de mis empleados.
—Haha. Lo-lo siento. Cuando se trata de
armas simplemente no puedo evitar apasionarme.
¿A caso el perdedor (Bizef) se relajó
tras escuchar las locas palabras del pervertido (Neilsen)? Parece que su ira se
ha desvanecido. Me pregunto si puedo decir que así han hecho las paces.
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