Las Preocupaciones de Tilea (Tilea no Nayamigoto Isekai Jashin Tensei Kitan) es una obra de Rina Shito y mi única participación es la traducción no oficial de la misma al español.
Capítulo 25: Una lucha mortal y es todo. Seguro
que mis músculos dolerán mañana.
El Dokyun-Tigre vomitó sangre y se
desmayó. Una chica como yo derrotó a un enorme tigre de más de tres metros.
«Nudillos de Explosión Terrestre»… Como
se esperaría del preciado equipo raro del perdedor (Bizef). Es en momentos así
que realmente siento que estoy en otro mundo. Sólo necesito un buen equipo para
cubrir mis debilidades.
—¿De-de un solo… golpe? —balbuceó el
Dokyun-Dragón.
—Yo también estoy sorprendida —afirmó la
Dokyun de Fuego estupefacta—. Sin embargo, El Dios Maligno también debe haber
perdido una gran cantidad de mana.
—Ci-cierto. Okay, usemos nuevamente el
Triángulo del Infierno.
—Sera difícil sólo con nosotros dos, pero
supongo que no hay de otra.
El Dokyun-Dragón y la Dokyun de Fuego
comienzan a recitar nuevamente y un circulo mágico aparece entre ellos.
—No… puede ser.
—Huhu, ¿acaso alguien dijo que eran
necesarias tres personas? Podemos hacerlo incluso con sólo dos.
Kuh. ¿El hechizo de hace un momento? Y
esta vez no estará Timu para ayudarme. Si vuelven a darme con eso, ya no podré
ofrecer más resistencia.
¿Qué hago?
«El Ataque del Triángulo del Infierno (el
máximo hechizo de supresión mágica)» La descripción es extremadamente chuuniesca, pero es básicamente un drenador de
energía. Ahora ya conozco el truco. En el momento en que concluyen el conjuro,
los tres me apuntaron como señalando un blanco para que después las flechas
negras se precipitaran sobre mi desde todas direcciones. Y cuando las flechas
me atravesaron, mi energía fue drenada en un instante.
¿Mn? Hablando de eso, la última vez permanecí quieta por
titubear en el uso de mi nunchaku. Ya veo, si esta vez me muevo de tal forma
que fallen al apuntarme, puede que logre evitar su ataque.
¡Hay que intentarlo!
Ahora que estoy en ello, es hora de
liberar esa parte de mi oscuro pasado. Una de los setecientos setenta y siete
técnicas del Dios Maligo Dark Matter.
¡El Golpe Asesino: “Pepsi Roll[1]”!
Mientras te mueves dibujando un ocho con
tu torso por el campo de batalla en posición de defensa, puedes usar la inercia
del movimiento para balancearte de izquierda a derecha con la suficiente fuerza
para abrir una lata de soda con la presión que acumula el gas al agitarse.
Esa era la técnica secreta del
protagonista de un cierto manga
de boxeo[2]
en mi mundo anterior. En aquel tiempo era adicto a ese manga y, en vez de estudiar o trabajar, me
encerré en un café manga
y leí la serie cinco veces. En particular me volví adicto a filmarme varias
veces imitando el letal ataque del protagonista, “El Pepsi Roll”, para subirlo
a internet.
Bueno, el hecho de que me dejara llevar y
quisiera ponerlo en practica contra un tronco, y que mi mano terminara
fracturada es otra historia. Pero aun así, aun debería recordar como moverme.
Retraje mis brazos, con los puños
cerrados, y me coloqué en la posición defensiva del boxeo. Entonces, con
movimientos como los de una abeja, me aproximé a los dokyun a toda velocidad.
—¡Pero que diablos! —espetó el
Dokyun-Dragón.
—¡No puedo seguir sus movimientos!
—declaró la Dokyun de Fuego.
¡Je! Como esperaba, parece que los dokyun no puedían seguir mi engañoso
movimiento. Y mientras ellos sufrían intentando apuntarme, cerré mi distancia
hasta alcanzar al Dokyun-Dragón.
—¡Listo! —junto a ese grito, utilicé la
fuerza centrifuga y le dejé caer una lluvia de golpes encima. Su plexo solar,
su rostro, su temple, continué golpeando cada un rítmicamente, golpeando sus
puntos vitales sin piedad. El Dokyun-Dragón tenía poderes de regeneración, por
lo que golpearlo sin aplicar toda la fuerza sería inútil.
—¡Hii! ¡Gue…! ¡Yooo! ¡P-por! ¡F-favor!
¡D-de…! ¡…tente! ¡Sal…! ¡…ven! ¡Me! ¡GOHEEEN!
Lanzando espuma por la boca, el
Dokyun-Dragón se desmayó en agonía. No dejaba de vomitar sangre, pero al menos estaba
vivo.
Así, sólo quedó un dokyun por derrotar. Sin embargo no me sentía
bien de usar la violencia sobre una mujer. Hubiese sido genial si hubiese
escapado en ese instante, pero…
Bueno, si ella aun quiere ir por ello,
tendré que darle una probada del trato equitativo entre géneros.
—Eres la última, ¿te das cuenta? Así qué,
¿te vas a rendir?
—D-Dios Maligno —tragó saliva—. Eso fue
estupendo; sin embargo, conozco tu punto débil. Parece ser que tu especialidad
es el combate cuerpo a cuerpo, ¡por lo que voy a calcinarte desde lejos! —con
esas palabras la Dokyun de Fuego puso distancia entre nosotras y comenzó a
liberar su magia.
¡Rayos, parece que se dio cuenta de que
no puedo utilizar magia!
Ciertamente es verdad que hasta el
momento no he utilizado ningún hechizo durante la pelea. Es inevitable. Pero…
Supongo que habrá que arriesgarse con un blofeo.
—¿Huuuh? ¿Cuándo dije que no se me daban
las peleas de largo alcance? —pregunté con incredulidad—. Siendo sincera, los
combates mágicos son mi especialidad.
—E… E-estas mintiendo.
—Es cosa tuya si deseas comprobarlo. Sólo
que tendrás que estar lista para desaparecer de la faz de este mundo sin dejar
rastro alguno.
—Entonces, seré recíproca utilizando mi
“Terafire” (El máximo hechizo de fuego). Reduciré toda esta región a cenizas,
¿te das cuenta?
¡Ooh, esta chica también sabe blofear!
Pero no voy a perder. He sido una experta en blofear con términos chuuniescos desde mi vida pasada.
—¡Ha, ha, ha! ¡Supongo que entonces
debería destruir todo este condenado país con un hechizo de una vez!
—E-e… estas blofeando —balbuceó la dokyun—. D-de acuerdo. Si re-realmente quieres
llegar tan lejos, te mostraré las llamas del mismo infierno. Este es mi más
poderoso movimiento. Tú y este pueblo verán su fin.
La Dokyun de Fuego estaba perturbada,
parcialmente convencida por mi artimaña. Al parecer la derrota del Dokyun-Tigre
y del Dokyun-Dragón ha provocado que me confunda con una talentosa aventurera.
Realmente voy a tener que agradecerle al perdedor (Bizef) por las armas, ya que
me han ayudado a convencerla.
De acuerdo, ahora sólo recitaré algún
encantamiento para continuar aumentando la presión. Sólo que, no conozco ningún
hechizo de este mundo, por lo que no tengo más remedio que utilizar los
recuerdos de mi viejo mundo.
¿Cuál será el mejor?
¡Ya se! ¡Ese!
Me decido al fin a utilizar las líneas
del hechizo más poderoso de un cierto anime para asustarla.
—¡Tiembla de miedo! —le espeto y
comienzo—. Tú que eres más oscuro que la oscuridad y cuyo arte más rápido que
el flujo de los ríos… Por el superior nombre de Dark Matter… Juro en nombre del
Dios Oscuro…”
—¡¿Pe-pero qué es eso?! ¡Jamás había
escuchado semejante encantamiento!
—Hmph. Los pobres encantamientos de la
inmadura técnica mágica de este mundo no son rivales para mi. ¡Voy a enseñarte
la técnica final del Dios Maligno!
—N-no p-puede ser… Ta-tal cantidad de
mana…
—Continuo. A aquellos que nos desafíen, a
todos los tontos, con Nuestro Poder, ¡TRAE LA DESTRUCCIÓN SOBRE ELLOS! —y así,
comencé a mover las manos rítmicamente como si estuviera por activar un gran
hechizo. Arbitrariamente junté mis manos y formé un corazón con los dedos, sólo
para continuar la pantomima.
—N-no p-pu-puede ser… ¿A-a caso estas
demente? ¡¡Si liberas un hechizo con titánica cantidad de mana vas a destruir,
no sólo este país, sino el mundo entero!!
—Pero parece que quieres ver eso, ¿no es
así? Debería mostrártelo. ¡El fin de este mundo!
—¡¡¡E-ESPERA!!!
—Fin del juego, GIGA SLA…[3]
—¡¡¡HIIIIIIIII!!! —La Dokyun de Fuego
lloró, viéndome como si se frente a ella estuviera alguna clase de monstruo
sólo para huir en el acto.
¡Genial! ¡Realmente logré engañarla por
completo!
Hubo demasiados imprevistos, pero al
final logré demostrarles mi fuerza. Ahora que han experimentado tan dolorosa
experiencia es probable que jamás regresen a molestarnos nuevamente.
Phew. Se terminó…
Ahora que la pelea a terminado, el dolor
se apoderó de mi cuerpo. Realmente me metí en una pelea, ¿no es así?
Honestamente, esta fue la primera vez que he peleado. En mi vida pasada siempre
fui golpeado unilateralmente, pero hasta ahora jamás había sido golpeado hasta
este extremo. Pero bueno, está vez logré hacerlos retroceder.
Hablando de eso, la Dokyun de Fuego
abandonó a sus amigos. Aunque sean dokyun, realmente no se si dejarlos aquí. Realmente se ven
gravemente lastimados. Tal vez debería llamar a alguien para curarlos.
Pero cuando volteo en dirección al
pueblo…
—Uu…
Lo que tengo frente a mi son los
colmillos de sable, en los que llegaron los dokyun, viéndome y gruñéndome.
C-claro… Se me habían olvidado las
peligrosas monturas de estos locos.
Esto es malo. Los dokyun eran personas a final de cuentas, por lo
que pude engañarlos con mis palabras, pero eso no va a funcionar con bestias
salvajes.
¿Qué hago?
Mi ojos se encuentras con los suyos, con
esas expresiones feroces. No hay nada amistoso en ellos.
Lle-llegados a esto, ¡tratare de hacer lo
que pueda!
Me aferro al arma rara en mis puños en
posición de combate para amenazarlos.
S-si van a venir, ¡vengan de una vez!
Aunque si me preguntan, preferiría que no
lo hicieran.
—Kyain, kyuin…
Oh… Realmente no entendí, pero salieron
huyendo. ¿Será que me vieron con un gran guerrero por haber derrotado a sus
amos?
Ahora que salieron huyendo asustados,
estos también dan la impresión de ser chihuahuas, al grado de que incluso
llegan a parecerme tiernos.
¡HEY! ¡Momento! ¿Acaso están tratando de
huir sin sus amos?
Por medio de señas intenté transmitirles
el mensaje: primero señalé a los dokyun y después imité el movimiento al montar, así como otras
señas.
Así, tras varios minutos, parece que
lograron entenderme, pues regresaron a recoger a sus amos antes de desaparecer.
Y así, al fin todo terminó.
Puse mi mano en mi pecho aliviada.
—Whoa…
Una vez que la tensión desapareció caí de
rodillas. Esta vez me extralimité. Estoy totalmente exhausta. Realmente me
drenaron por completo.
Pero al final todo salió bien. Todo
gracias a los objetos que el perdedor (Bizef) me prestó. Aunque todos ellos
terminaron tan arruinados que ahora dan lastima al verlos. Estaban llenos de
cuarteaduras y gracias a la Dokyun de Fuego estaban totalmente ennegrecidos.
Si el perdedor (Bizef) los ve, ¿no se irá
a desmayar nuevamente?
Sus amados y preciosos objetos no son más
que chatarra ahora. Aunque en realidad no tengo planeado reembolsárselos. Si
tiene alguna queja, entonces tendrá que ir el mismo a hablar con los dokyun.
Para empezar, es su culpa por haberse
desmayado desde el comienzo y terminado así fuera de la lucha. Realmente es
demasiado blando para ser capitán de la guardia. Si el perdedor (Bizef) se hubiese esforzado más, ni Timu ni
yo tendríamos que haber peleado.
Gracias a Timu y a mi, parece que los
problemas se solucionaron esta vez. Y en realidad, realmente le debo una a
Timu. Ella se arriesgó mucho para salvarme. En este instante ella podrá tener
un grave caso de chuunibyou,
pero para mi ella es la misma de siempre. Mi amada y dulce hermanita.
Así volteo a verla con ternura mientras
duerme profundamente.
—Timu —intento moverme y acercármele,
pero…
Owowowow…
Todo dentro de mi duele. Es probable que
mañana me duelan todos los músculos. Supongo que necesito descansar un poco
antes de poder regresar a casa.
Arrastrándome hasta a un lado de Timu, me
acurruqué junto a ella y caí dormida.
[1] La técnica
parodiada es el “Dempsey Roll”, creada por el Campeón de peso pesado Jack
Dempsey en 1920.
[2] N.d.T.: La
serie es Hajime no Ippo. En ella Ippo Makunouchi desarrolla diversas variantes
del Demsey Roll basadas en teorías más actuales del boxeo; sin embargo, estas
variaciones aun no han podido ser llevadas a la realidad.
[3] N.d.T.: Referencia al Giga Slave de la
serie Slayers. Y para los fans: “Aquel cuya Pesencia es más oscura que la oscuridad,
aquel cuyo poder es más profundo que la noche. Tú que te encuentras sepultado
bajo la marea del caos, Gran Señor Dorado de la Oscuridad, con este conjuro yo
te invoco y así yo juro frente a ti que, aquellos que se levanten contra
nosotros, todos esos tontos, por el poder que tú y yo poseemos, ¡trae la
destrucción a todos por igual! ¡GIGA SLAVE!” (Versión traducida del ingles)
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