Por fin hago mi debut en el grupo, ¡yeah!
Quizá los capítulos no sean muy largos, pero aun así no tengo idea de que ritmo vaya a mantener, así que comiencén a dejar comentarios, eso siempre motiva a un escritor, o traductor en este caso.
Por lo demás espero que disfruten de esta web novel tanto como yo cuando la leí en ingles.
Y si lo desean, pueden apoyar al traductor en ingles, pués dado que yo no seá japones, dependo totalmente de su trabajo y esfuerzo.
Este es su link:
https://wnovel.wordpress.com/
Y después de marearlos tanto con mi introducción…
¿Es esto realmente una introducción?
Bueno, que más da. Disfruten y hasta el siguiente capítulo.
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La vida en otro mundo de Succubus-san (Succubus-san no Isekai Seikatsu)
es una obra de Kashiwagi Masato y
mi única participación es la
traducción no oficial de la misma al español.
Capítulo 1: ¡¿Qué diablos es
esto?!
—Un techo desconocido…
—por alguna razón murmuré algo similar a una de las tres líneas que siempre he
querido decir.
Bueno, en
realidad, el techo que estoy observando es en verdad algo que jamás he visto en
mi vida. Aunque, ya que las vigas está expuestas, sería más un ático que un
techo.
Parece que me
encuentro recostado en algún tipo de cama. Sin embargo, cuando intentó
levantarme siento mi cuerpo atrapado con algo y no logro moverme. Mejor dicho.
¿Estoy, atado…?
Ya que parece que
puedo mover el cuello, intento observar a mi alrededor, pero parece que mis
miembros están atados con una cuerda. Dado que es áspera y cortante, es
probable que sea de mala calidad.
—Momento… ¿desnudo?
Nh, más bien, ¡¿no se supone que soy un hombre?!
Mientras sigo
buscando a mi alrededor, logro dar un vistazo a la condición de mi cuerpo, um…
En mi pecho hay dos esplendidos bollos coronados por dos pequeñas cerezas,
pero… ¡Eh! ¡¿Qué?!
Intento lo mejor
que puedo para recordar que sucedió, pero, antes de que pueda recordar
claramente, la puerta de la habitación se abrió. Aunque al otro lado parece ser
aun un interior, se siente más como una choza que una casa, creo.
—Oh, he, he, ya
era hora de que despertaras, maldita sea.
—¿Umm? ¿Quién
eres?
Ropa sucia y sin
afeitar, no importa por donde lo mires, es un bandido. Gracias, pero… ¡Hey!
¡Momento! ¡¿A qué diablos viene esa desagradable y lasciva mirada?!
—¿Yo? Soy el príncipe
que se hizo cargo de ti, que estabas inconsciente en el bosque. En verdad, en
lugar de inconsciente, una virgen se disfruta más cuando está despierta, ¿no lo
crees?
—¡¿Así que en verdad
es eso?! ¡Momento! ¡¿Virgen?! ¡¿Me revisaste?! ¡¿A mi?! ¡¡¿Allí?!!
—¿Haa? ¿Qué no es
obvio? He he… Ha pasado tanto tiempo desde que tuve a una mujer, ¿sabes? Ya me
la he jala… No, he entrenado mentalmente para este día, ¿sabes?
—Comienzo a
sentir lastima por ti, pero bueno, ¡eso no significa que vaya a darte el
servicio, ¿te das cuenta?!
Y mientras la
conversación avanzaba, algunos de mis recuerdos regresaron a mi. De cómo esto
no era Japón, mejor dicho, ni siquiera era la tierra, era otro mundo. Además
del hecho de que Butagami[1]
me convirtió en una chica.
—Haa… Rayos,
justo cuando quiero golpear a ese Butagami… ¡No me molestes estúpido don nadie!
—¿Eh? —el bandido
se me acercó moviendo las manos lascivamente y al siguiente instante, se
tambaleó y colapso retorciéndose.
Esta es mi
habilidad, o mejor dicho la habilidad de mi especie, los Súcubo, «Sueño
Lascivo».
—Uwa… Todo se le
está saliendo… Qué asco… Y como apesta… Ahh, creo que hubiese sido mejor
esperar a que soltara las cuerdas…
Con mi fuerza es simplemente imposible romperlas, Y
ahora, ¿qué hago?
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